
HACCP
HACCP son las siglas de «Hazard Analysis and Critical Control Points» (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control). Se trata de un concepto sistemático para garantizar la seguridad de los productos, desarrollado originalmente para la industria alimentaria. Hoy en día también se aplica en otros sectores con altos requisitos higiénicos, como la producción farmacéutica o cosmética. En estos sectores también se utilizan mezcladores de polvo, reactores de síntesis y secadores mezcladores al vacío de amixon®.
El objetivo del HACCP es identificar a tiempo los peligros potenciales para el producto y definir las medidas de control adecuadas. Para ello se tienen en cuenta los riesgos biológicos, químicos y físicos. La cuestión central es determinar en qué puntos del proceso de fabricación pueden surgir riesgos y cómo se pueden controlar de forma fiable. Para el diseño y la configuración de los aparatos de proceso, esto significa que la limpieza, la inspección y el mantenimiento deben ser lo más sencillos posible y no dejar residuos.
Los mezcladores de polvo higiénicos según el principio HACCP deben estar diseñados de tal manera que no puedan quedar restos de producto. No debe haber espacios muertos en los que se puedan acumular polvo o residuos. Sus superficies deben ser lisas, fáciles de limpiar y resistentes a los productos de limpieza y desinfección. A este respecto, cabe señalar las normas de la EHEDG.
Los reactores de síntesis y los secadores mezcladores al vacío que funcionan en condiciones HACCP también siguen estos principios. Todas las piezas en contacto con el producto deben poder vaciarse completamente y ser fácilmente accesibles. Las juntas, los sensores y los accesorios no deben dificultar la limpieza.
La aplicación del concepto HACCP requiere, por regla general, una estrecha colaboración entre el fabricante de la instalación, el operador y el departamento de control de calidad. Ya en la fase de diseño deben identificarse los posibles riesgos y planificarse las medidas adecuadas. Esto se aplica tanto al diseño mecánico como a la automatización, por ejemplo, en la supervisión de la temperatura, la presión o los procesos de limpieza. Los mezcladores de polvo y los secadores mezcladores al vacío se utilizan a menudo en procesos por lotes en los que se producen cambios de producto. En estos casos, es especialmente importante que la limpieza sea reproducible para evitar la contaminación cruzada.
El HACCP no es un componente técnico, sino un modelo conceptual que se traduce en requisitos técnicos. Contribuye de manera significativa a la fabricación de productos seguros e higiénicamente impecables. Su implementación es exigente, pero imprescindible, especialmente en aparatos en los que se procesan polvos orgánicos o principios activos farmacéuticos. amixon GmbH ofrece a los operadores de instalaciones una valiosa ayuda en este sentido.